¿Qué es la Madera Termotratada? Características y Usos
¿Sabes en qué situaciones o usos mejora el comportamiento de la madera termotratada? ¿Qué maderas son aptas y cómo quedan modificadas?
La madera termotratada es aquella sometida a un tratamiento térmico que altera algunas de las cualidades de esta. En esencia consiste en elevar la temperatura de la madera casi hasta el punto de combustión, por encima de los 200 grados. Este proceso, el cual puede superar las 100 horas de duración, no solo requiere la total ausencia de oxígeno, tampoco se añaden productos químicos.
Aunque este tratamiento puede aplicarse a cualquier especie de madera, lo habitual y lógico es hacerlo en maderas abundantes con el fin de conseguir algunas de las propiedades que el termotratado proporciona y que la especie en cuestión no posea. Algunas de estas especies son: pino, abeto, chopo, abedul, fresno, haya, arce…
La intensidad del tratamiento, y por tanto, también las características de la madera obtenida pueden variar. Por ejemplo, la durabilidad y estabilidad de la madera no será la misma si el tratamiento se realiza a 190º o si se realiza a 210º. Estas diferencias, son incluso visuales, ya que la madera que ha recibido un tratamiento más extremo, se oscurece en mayor medida.
Antecedentes
Si bien el proceso que comentamos en este artículo es relativamente reciente, los efectos que el calor tiene sobre madera son conocidos desde hace milenios.
Por ejemplo, quemar la superficie de la madera tiene interesantes efectos sobre su durabilidad. Una vez quemada la madera, se prepara la superficie de la madera con un cepillo de púas y se aplica un aceite vegetal. La madera tratada de esta forma puede alcanzar una durabilidad de 80 años. A esta técnica en Japón, donde es habitual, se la denomina Shou-sugi-ban.
Características de la madera termotratada
El proceso de termotratado provoca cambios en la estructura interna de la madera. Muchos de estos cambios son deseados, otros son simplemente un efecto colateral y algunos implican ciertas limitaciones en el uso de la madera.
- La madera se oscurece y al mismo tiempo se homogeniza el color, tanto en la albura como en el duramen.
- Se incrementa exponencialmente la resistencia a hongos, insectos y humedad. Lo que mejora su durabilidad. No se vuelve completamente inmune, de hecho es recomendado tratamiento adicional en zonas donde las termitas sean habituales.
- La nueva composición química de la madera tiene unas menores propiedades mecánicas. Es decir, es menos elástica, y se partirá antes si la somete a flexión.
- Pierde densidad.
- Superficie más dura.
- Aumenta la estabilidad de la madera y se reducen las tensiones internas. La hinchazón y merma de la madera disminuyen (entre un 50% y un 90%).
- Reducción drástica de la humedad de la madera.
- Mejora sus propiedades como aislamiento térmico.
- Es más liviana debido al cambio en su composición y a la pérdida de humedad.
- Se elimina la resina propia de la madera.
- La conductividad térmica mejora.
- No requiere de la aplicación de productos químicos adicionales para su protección.
- El precio de la madera termotratada es ligeramente superior al de la madera sin tratar.
El resultado difiere en tal medida respecto a la madera sin tratamiento, que podemos hablar de un nuevo tipo de madera. En muchos sentidos, la madera termotratada supera los requisitos para una clase de uso 4.
Trabajabilidad
En cuanto al cepillado y taladros es recomendable tratar como si fuera una madera dura, incluso una blanda como el pino termotratado. Es decir, maquinaría afilada, potencia y realización de pre-taladros. Se debe a que existe un riego ligeramente superior de que la madera se raje.
El lijado es sencillo, especialmente en maderas ricas en exudados, por ejemplo, las resinas, ya que estas prácticamente han desaparecido.
Se recomienda la utilización de adhesivos de poliuretano para los encolados.
Principales Usos
Este tratamiento entre otras cosas mejora el comportamiento de la madera frente a los elementos, de ahí que gran parte de estos usos de la madera termotratada sean exteriores o sometida a ambientes húmedos.
- Carpintería: puertas, ventanas, frisos...
- Mobiliario de exterior.
- Suelos o pavimentos de exterior: jardines, piscinas…
- Revestimientos de paredes o fachadas, tanto interiores como exteriores.
- Saunas y cuartos de baño.
También es apta para uso en interiores, aunque obviamente, no es habitual.
Nota: No se aconseja utilizar la madera termotratada como elemento estructural debido al deterioro mecánico que sufre.
La Tarima de Madera Termotratada
Uno de los usos donde destaca la madera termotratada es la fabricación de tarimas para exterior. El tratamiento, como ya hemos mencionado, mejora la estabilidad y durabilidad de la madera, incluso sin la aplicación de productos químicos.
Es decir, la madera se hincha y contrae mucho menos frente a los cambios ambientales, se mejora considerablemente la resistencia frente a insectos xilófagos y hongos, y además existe la posibilidad de modificar el tono, lo cual es muy interesantes desde un punto de vista estético.
También podemos decir que es un opción responsable y económica. La fabricación de tarimas de madera termotratada no genera residuos, y no contamina más allá de la energía utilizada para el proceso de fabricación, siendo la cantidad de energía incluso inferior a la utilizada en otros procesos o tratamientos.
Además, permite la utilización de especies de madera abundantes (aunque inicialmente no fueran aptas para exteriores) con un precio más reducido y evitando en cierta medida la sobreexplotación de especies tropicales.
La Madera Termotratada Requiere Mantenimiento
En este caso, el mantenimiento necesario es relativamente escaso, y entre sus ventajas destacan: incremento aún mayor de la durabilidad y la conservación de la apariencia estética.
Entre estas tareas de mantenimiento encontramos:
- Aplicación de aceites o lasur de forma periódica. En función del tipo de producto cada uno o dos años.
- Revisión periódica de la sujeciones y/o tornillería. Es decir, cada varios años revisar que las piezas están bien sujetas.
- Limpieza periódica, ya sea lavando con agua y un cepillo blando, o con agua a presión.
Como se puede apreciar, las tareas no son sencillas, y no le llevarán más que unas pocas horas cada par de años.