Qué son los Techos o Tejados Vegetales y Qué Ofrecen
Alguna vez te has preguntados que ventajas tienen las cubiertas o tejados vegetales, si se pueden instalar en cualquier edificación y qué mantenimiento requieren
Los tejados verdes limpian el aire de CO2, actúan como aislante térmico y acústico, regulan la humedad ambiente y, por si fuera poco, embellecen los edificios y recuperan las azoteas como espacios vitales.
Inspirados quizás por las pintorescas y tradicionales casitas de las Islas Feroe, crece el interés de los amantes de las viviendas sostenibles por los techos verdes. También conocidos como techos vegetales o _green roofs. A_unque puedan parecer unos recién llegados al urbanismo y la arquitectura sostenible, tienen muchos años de historia.
¿Qué son los Techos Vegetales?
La instalación de este tipo de techos vegetales a base de musgo, césped o flores aísla la vivienda frente a ruidos y bajas temperaturas. Fomentando con ello el ahorro energético, reduciendo el riesgo de inundaciones, prolongando la vida de los tejados, y filtrando, además, el CO2 del aire circundante. También existe la posibilidad de cultivar verduras o plantas aromáticas e incluso de hacer un techo-jardín con arbustos o pequeños árboles.
Estos techos utilizan un sistema de drenaje y un impermeabilizante que evita que la vegetación dañe la estructura del edificio. Solo necesitan una fina capa de tierra de entre 5 y 10 centímetros en el caso de los techos verdes extensivos, es decir, los más populares y utilizados, porque son los más ligeros y requieren de un mantenimiento muy escaso.
Beneficios de los Tejados Verdes
Convertir tejados y terrazas en pequeños prados o jardines ofrece mucho más que su evidente, aunque no por ello menor, cualidad ornamental. Su contribución al ahorro energético y a la mejora de la calidad del aire entre otras ventajas, la han convertido en una técnica muy a tener en cuenta en la construcción de edificios sostenibles.
Los tejados verdes suponen un ahorro tanto en calefacción como en aire acondicionado, ya que la inercia térmica de la capa de tierra es capaz de mantener una diferencia de dos a tres grados respecto a la temperatura exterior.
De hecho, esta característica ya era aprovechada antiguamente en los países nórdicos, donde cubrían con una capa de tierra sus cabañas de madera. Además, esta capa de tierra actúa también como regulador de humedad, ya que si el ambiente exterior es seco la desprende, y si es húmedo la absorbe.
Los beneficios de las cubiertas vegetales para tejados van más allá de los límites de la vivienda a la que cubren y se extienden al resto de la comunidad. Las azoteas pueden ser una solución a la escasez de suelo urbano para crear nuevas zonas verdes que ayuden a absorber el CO2 de la atmósfera y conseguir así un aire más puro y limpio para los ciudadanos.
Además, los tejados verdes contribuyen a reducir el efecto “isla de calor”, un aumento localizado de la temperatura en las ciudades que puede alcanzar los dos grados. Este fenómeno se da a causa de los aparatos de aire acondicionado y el sobrecalentamiento de las azoteas convencionales, entre otros factores.
Los Tejados Vegetales en la Ciudad
Uno de los pocos usos que se daban a las terrazas comunitarias, era “subir” a tender la ropa, lo que hoy día se está conviertiendo cada vez más en una extravagancia.
Muchas de las terrazas de nuestras ciudades permanecen olvidadas hasta el momento de instalar un aparato de aire acondicionado o reparar la antena de televisión.
Una cubierta verde embellecería estos espacios yermos y ofrecería un lugar agradable de encuentro o al que simplemente salir a darse un respiro. De hecho, las cubiertas vegetales sintetizan el instinto o la tradición de adornar con plantas balcones y terrazas, con el uso ancestral de la tierra como protección frente a los elementos, integrándolo todo en el edificio.
En este tipo de cubiertas, la capacidad de retener cierta cantidad de agua, es importante tanto para la subsistencia de la vegetación, como para la estabilidad térmica de toda la cubierta. Para ello, una de las capas de las que se compone la cubierta esta formada por unas cavidades alveolares, como si fuera una caja de huevos, en los que se deposita una pequeña cantidad de agua.
Al mismo tiempo esta capa permite el drenaje del agua que sobra y crea una cámara que permite la circulación del aire e impide la putrefacción. Cuando llueve, el agua sobrante puede recogerse en un depósito y aprovecharla para el riego u otros usos. Esta capacidad para retener el agua es también una ventaja en caso de lluvia abundante, ya que ayudaría a liberar presión sobre desagües y alcantarillado y podría ser un primer freno a las inundaciones.
Por todo ello una buena impermeabilización para evitar filtraciones, a base de una imprimación asfáltica, es fundamental. Para garantizar el éxito de la cubierta, y que esta tenga una larga vida útil, hay que confiar su ejecución a un profesional, normalmente un arquitecto técnico, que conozca las soluciones más apropiadas en cada caso y los materiales a utilizar.
Lo primero que calculará el profesional a la hora de instalar una cubierta verde es la sobrecarga que la estructura del edificio puede soportar, y si es necesario proponer el tipo de refuerzo adecuado. Ello dependerá del tipo cubierta que se quiere instalar, que básicamente se dividen en dos tipos: extensivas e intensivas.
Mientras que las extensivas están destinadas a hierbas o plantas de pequeño tamaño y no se permite andar sobre ellas, la intensivas soportan una capa de tierra más gruesa en la que se puede plantar vegetación de mayor tamaño, incluso pequeños árboles, y permite ser transitado. La elección dependerá del uso que vayamos a dar a la cubierta y del mantenimiento que estemos dispuestos a asumir. En una nave industrial o un edificio de oficinas donde no importa tanto la estética, preferirán una cubierta de hierbas silvestres que, sin apenas mantenimiento, ya ofrece todas las ventajas energéticas y medioambientales.
La implantación de las cubiertas verdes en nuestro país es todavía difícil, al contrario de lo que ocurre en otros países de Europa. Se calcula que en Alemania el 15 por ciento de los nuevos edificios tienen cubierta verde, y en Berlín se obliga a las naves industriales a que la adopten. Gran Bretaña, Suecia, Estados Unidos o Japón, son algunos de los países en los que también se promueve la instalación de estas cubiertas. Aunque ya hay una línea de promotores que optan por los edificios verdes, para el resto el sobrecoste y que “culturalmente una azotea llena de hierba aún no se acaba de aceptar”, supone todavía un freno para que las cubiertas verdes dejen de ser una curiosidad en nuestro país.
Las Cubiertas Vegetales para Techos Intensas
Por otro lado, a aquellos que incorporan plantas grandes o mucha densidad se les llama techos verdes intensivos. Su mantenimiento y conservación es más complejo e incluye irrigaciones, abonos, mejores aislantes y un espesor de suelo de al menos 20 centímetros. Estos techos simulan en muchas ocasiones pequeños jardines y en algunos casos, puedes pasear por ellos.
En caso de optar por una cubierta vegetal intensiva, el mantenimiento será el equivalente a un jardín convencional. El sobrecoste de una cubierta verde respecto a una convencional está alrededor de un veinte por ciento más.
¿Son Aptos en todas las Situaciones los Techos Vegetales?
A pesar de las ventajas que este tipo de techos pueden aportar a la casas y edificaciones no son siempre recomendables. Tienen una clara limitación, la necesidad de agua. Por tanto, en zonas de pocas lluvias o más bien secas estos techos representan un gasto innecesario o incluso un derroche.